miércoles, 16 de noviembre de 2011

# 224


No sabía que iba a ser testigo de un asesinato y que me iba a involucrar en una pesquisa policial,
tampoco sabía que iba a enamorarme de la mujer equivocada, pero el amor no se elige, 
está regido por mecánicas celestes o inaccesibles a nuestra voluntad,
mucho menos que ese amor abrupto y ese asesinato inexplicable abolirían para siempre
al hombre que yo era, y lo suplantarían por otro acaso más adulto, pero también más deteriorado
por la perplejidad y los desengaños, crecer es deteriorarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario