Y nos fundimos en la noche, como luces de neón.
En aquella vieja y solida casa abandonada,
donde solo me importabas tú.
Mi eterna y solida compañía.
Tú.
La luz que más brillaba en aquellas cuatro paredes.
Mi eterna y solida compañía.
Tú.
La luz que más brillaba en aquellas cuatro paredes.
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