—No se pasa por el fuego para ir al cielo, yo creo que fue al infierno...
—¿Qué has dicho?
—Que creo que tu abuelo fue al infierno.
—¿Os váis a burlar de mí ahora que me he abierto a vosotros de esta forma?
—No es culpa mía que tu abuelo esté en el infierno, no es para tanto, algunos van al infierno.
—Tíos, estáis proyectando todo vuestro odio en mí.
—Vale, ahora tampoco te deprimas porque tu abuelo y Hitler estén jugando al dominó.
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